Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Lucha contra el vacío de la memoria


A pesar de que el psiquiatra Aloise Alzheimer diagnosticó esta enfermedad por primera vez en 1906, durante más de un siglo de investigación no se ha dado con el procedimiento que pueda revertir o curar la demencia más terrible y devastadora que afecta al ser humano. 

Con una previsión de más de cien millones de enfermos a mediados de este siglo, numerosos grupos científicos de todo el mundo aúnan esfuerzos para descubrir por un lado el origen de la dolencia y, por el otro, un tratamiento efectivo que se pueda aplicar en las primeras fases de la enfermedad. Precisamente la predicción temprana se anuncia en los últimos meses como uno de los grandes avances. Así lo proclamó la revista Nature Medicine cuando publicó el estudio de un grupo estadounidense que parece haber descubierto el modo de predecir qué sujetos desarrollarán la enfermedad con un 90 por ciento de probabilidad de acierto y hasta con tres años de antelación. 

El descubrimiento parte de la valoración en sangre de un grupo de diez lípidos en un conjunto de voluntarios antes y después de manifestar la enfermedad. Si su efectividad fuera la anunciada supondría un verdadero paso de gigante, ya que solo el tratamiento temprano parece capaz de detener una dolencia que casi siempre se detecta en estadios muy avanzados. 

El diagnóstico también puede verse muy mejorado si se confirma el resultado del trabajo publicado en marzo en JAMA Neurology. Según adelantó la revista norteamericana, las personas que sufren problemas de sueño presentan un riesgo de estar desarrollando la enfermedad de alzhéimer hasta cinco veces superior a la media. Al parecer, a través de la evaluación de la calidad del sueño es posible detectar el inicio de la dolencia sin que se haya expresado todavía ningún deterioro cognitivo. 

Aunque esta revelación no descubra una relación causa-efecto en ningún caso, sí podría dar pie a una forma de detección relativamente sencilla, así como permitir evaluar la eficacia de nuevos tratamientos en la fase inicial de la enfermedad.

Quizá haya que esperar más tiempo para anunciar un fármaco que además pueda curar el alzheimer, a pesar de que una de las últimas investigaciones publicadas en Journal of Neuroscience así lo indique. En este caso, un equipo de neurocientíficos de la Universidad de California del Sur —junto con otros investigadores, entre los que se encontraba un español del Instituto Cajal— afirman haber descubierto un grupo de moléculas que detienen e incluso revierten las lesiones cerebrales típicas de la enfermedad. Los nuevos fármacos son ligandos (o moléculas que se unen a otras). En este caso actuarían como un sensor que pondría en marcha distintos procesos dentro de la célula, para dar lugar a efectos beneficiosos en los enfermos, tanto jóvenes como adultos. Estos, tras cuatro semanas de tratamiento, vieron cómo la enfermedad se detenía si las lesiones cerebrales no estaban muy desarrolladas y en quienes presentaban un daño cerebral completo se produjo una mejoría en las lesiones. Eso sí: todavía solo podemos hablar de resultados en ratones…