Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Fleetwood Mac y la cadena que no se rompió

Texto: Daniel Dols Bruno [His Com 19]

Se cumplen cuarenta y cinco años del lanzamiento de Rumours, uno de los discos más vendidos de la historia. Su éxito no se entiende sin la intrahistoria de Fleetwood Mac durante la grabación.


Hay un momento en The Dance, el concierto que dio Fleetwood Mac en 1997, en el que Stevie Nicks se gira hacia su exnovio, Lindsey Buckingham, que está a la guitarra, y le canta «Silver Springs» como si fuera el epitafio que quisiera dejar en la tierra: «You’ll never get away from the sound of the woman that loves you. / Time cast a spell on you, / but you won’t forget me». Ella le había querido, él había querido a otra, y ahora ella le maldecía. La canción se había publicado veinte años antes, aunque al principio quedó excluida de Rumours, un disco que reventó todas las listas de éxitos y marcó una época. Sí apareció como single, sin embargo, «Go Your Own Way», la canción que Lindsey Buckingham le dedicó a Stevie Nicks y en la que ella tuvo que hacer los coros y cantar luego en directo: «You can go your own way/ You can call it another lonely day».

No siempre fue así. Buckingham y Nicks se habían conocido en el 68, y en el 73 sacaron su primer y único disco como dúo, que pasó desapercibido por parte del público y la crítica. El sueño de dedicarse a la música declinaba cuando llegó la oferta de unirse a la banda británica Fleetwood Mac. Uno de sus fundadores, Mick Fleetwood, había echado de la agrupación al cantante y guitarrista por acostarse con su mujer y contactaron con Buckingham, que exigió que la oferta incluyera también a Nicks. La banda inglesa, que ya había cambiado diez veces a alguno de sus integrantes, aceptó por necesidad: tenía que acabar la gira en la que andaba inmersa y preparar su siguiente álbum. 

 

 

La historia de Fleetwood Mac durante la grabación del disco es tristísima: el bajista, John McVie, se estaba divorciando de la teclista, Christine McVie, por los problemas con la bebida de él y la infidelidad de ella con un productor de Iron Maiden; el batería y líder, Mick Fleetwood, había descubierto que su mujer le engañaba con un amigo y tampoco podía controlarse su adicción al alcohol; y Lindsey Buckingham y Stevie Nicks, que habían terminado su relación por los cuernos de él a ella, entraron en una espiral tóxica en la que ambos llevaban a sus ligues al estudio para dar celos al otro. La guinda a semejante fusión de desamores y odios la pusieron el alcohol y las drogas: su única forma de cumplir con lo que les exigía el contrato con Warner. Fleetwood llegó a proponer la idea de incorporar al camello de la banda en los títulos de crédito del disco. 

 

¿MERECIÓ LA PENA?

 

No solo Mick Fleetwood confesó que todo lo ocurrido fue necesario para sacar su mayor éxito. «Las canciones nunca habrían aparecido sin todas las cosas malas que sucedieron entre nosotros. Todos estábamos tratando de romper lazos, y cuando estás así no quieres ver a esa persona, no quieres cruzarte con él, no quieres verle al día siguiente, y así durante trece meses», afirmó Nicks, que al año siguiente casi muere por una sobredosis y ahora es una firme activista contra las drogas. Buckingham contó que «puedes escuchar Rumours y decir que el álbum es brillante y soleado, pero todo lo que había debajo era oscuro y turbio». «No nos dimos realmente cuenta del drama que significó hasta que escuchamos el resultado y vimos lo que teníamos entre manos, que compensó la miseria y depresión de todos durante la grabación. Si todo hubiera sido maravilloso, si nos hubiéramos llevado bien, las canciones no habrían sido tan buenas», dijo Christine McVie.

 

La grabación comenzó en 1976 en los legendarios estudios de Record Plant, en Sausalito (California). A ninguno le apetecía estar ahí. Las chicas de la banda decidieron quedarse en un apartamento y los chicos en otro. «La casa en la que estábamos era como un burdel con habitaciones oscuras, gruesas alfombras, tanques de alcohol y una generosa variedad de drogas», dijo Mick Fleetwood. El horario de grabación comenzaba a eso de las siete de la tarde, cuando llegaban al estudio para escribir y probar sonidos. Después se iban de fiesta, cada uno por su lado. De madrugada volvían a juntarse para grabar y cuentan que todos los días al menos uno de ellos terminaba llorando. 

Las letras, a cargo de Christine McVie, Nicks y Buckingham, son el diario en el que volcaron lo que estaban atravesando. Los dardos de Buckingham están presentes en canciones como «Never Going Back Again», «Go Your Own Way» o «Second Hand News» («Una cosa creo que deberías saber: no te voy a echar de menos cuando te vayas»). Los de Nicks en «I Don’t Wanna Know»«Silver Springs» o «Dreams» («Escucha con atención el sonido de tu soledad»). Los de McVie, la menos agresiva, en «Don’t Stop» o «Songbird» («Y te deseo todo el amor del mundo, pero sobre todo lo deseo para mí»). 

 

RÉCORD ANTES DE SALIR

 

 

 «Go Your Own Way» fue el primer single en publicarse, pero antes de hacerlo marcó un hito para Warner: se prerreservaron 800.000 ejemplares, la mayor cantidad de la historia de la compañía.

 

Y entre todos esos mensajes cruzados surge «The Chain», la única canción firmada por todos y una de las más conocidas y versionadas. Con una melodía firme y llena de rabia, la letra aparece como una declaración de intenciones en donde se habla de una cadena que nunca se rompe y que les mantiene juntos. 

En 1977 se publicó Rumours, titulado así por todas las noticias que aparecieron publicadas en la prensa mientras lo grababan. Estuvo ocho años en el top 100 de ventas de Reino Unido y es el noveno disco más vendido de la historia. El batería de la banda, Mick Fleetwood, dio así por zanjado el asunto: «Nuestros traumas y esfuerzos dejaron de importar en cuanto Rumours alcanzó el número uno de ventas el 21 de mayo de 1977, y desbancó a Hotel California, de los Eagles».

 

DISCOGRAFÍA

 

Fleetwood Mac

(1975)

 

Rumours

(1977)

 

Tusk

(1979)

 

Mirage

(1982)

 

Tango in the Night  

(1987)