Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Richard Wagner. El Big bang de la gran música

Texto José Joaquín Iriarte [Com 64] Ilustración Luis Grañena Fotografía Javier del Real

La explosión creadora de un nuevo mundo del pentagrama. El “arte total” que concibe la Ópera como un todo, donde el escenario debe servir de marco para un cosmos visual y acústico (música, escenografía, decorados, vestuario...). Con textos inspirados muchas veces en la mitología germánica, el leitmotiv o melodía recurrente, el contrapunto, la innovación, la vanguardia, el culmen del romanticismo… En 2013 se cumple el segundo centenario del nacimiento de Richard Wagner.


—Usted me habla de Wagner, está claro. Porque ese lenguaje excesivo es propio de un wagneriano radical.

—Sí, ¡Wagner!, el Everest de la música contemporánea. Nadie le ha superado y todos han bebido en sus fuentes.

—Fue grande, en efecto, pero no único.

Giuseppe Verdi (del que también este año se cumple el bicentenario de su nacimiento) forma parte del catálogo de los genios. No hay un solo maestro que monopolice en exclusiva la suprema belleza. Encaramado a la torre de una iglesia y expuesto a las balas de los enemigos, el joven revolucionario Wilhelm Richard Wagner incitaba a la rebelión, arengaba a sus soldados: “¡No temáis por mí, soy inmortal”. Ese grito de arrojo no era una bravuconada sino una auténtica profecía. Profetizaba su propio destino, el de un inmortal, un personaje destinado a perdurar en la memoria de la historia. Escribió su Tristán e Isolda (un paseo por el amor y la muerte) sin advertir que las corcheas, fusas y semifusas de las páginas pautadas significaban el preludio de un cambio radical en la concepción de la música académica. El paso de los años, lejos de menguar la calidad de su obra, la ha agigantado hasta convertirla en una creación excelsa. En su infancia Wagner fue uno más entre sus amigos y no destacó por las dotes especiales de niño prodigio como fue Mozart. No lo era, se confundía con el resto de la pandilla. Correteaba y jugaba con ellos por las calles de su ciudad natal, Leipzig (reinode Sajonia). Allí nació hace 200 años.

 

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