Revista cultural y de cuestiones actuales
Número 719

Soñadores a sueldo

Texto Nuria Morales, Javier Pérez Weber, Cristina Graell, Sergio Clavero, Philip Muller, María Lachiondo, Francisco Villacampa, Candela Duato y María Martínez Orbegozo [Com 13]ilustraciones Pedro Perles

Estas pequeñas historias de triunfo, a base de esfuerzo y constancia, confirman que una tasa de desempleo juvenil de más del 48% no es impedimento para hacer los sueños realidad.


FERNANDO TRULLOLS
director de CINE


Luz, cámara... ¡Goya!

 

Las cataratas son un mal para cualquiera que las padezca. Molestias, operaciones quirúrgicas, visión dañada… pero nadie se imagina que para un niño pudieran ser la puerta de entrada a un sueño hecho realidad: Fernando Trullols, que recogió el Goya al mejor cortometraje 2011 por El barco pirata, anheló su profesión desde que el oftalmólogo le recetó a los 3 años ver una y otra vez El libro de la selva para ejercitar la visión. Por suerte, la enfermedad se curó en pocos años y tan solo le dejó el recuerdo de sentarse frente al televisor, lo que resultó ser el detonante de una  imaginación explosiva y nacida para los rodajes.

el empujón Se dice que “quien quiere, arriesga”, y Fernando no es una excepción: al terminar la carrera de comunicación Audiovisual pidió por carta a Luis García Berlanga colaborar en su última película, lo que le permitió comenzar a formarse como ayudante de dirección.  Ser ayudante de dirección de García Berlanga en París Tombuctú le introdujo en el oficio: ganó experiencia, hizo contactos y comenzó a formar parte de diferentes proyectos con directores. “Todos los trabajos me han dejado un poso bueno, aunque hayan sido también experiencias duras. Si no hubiera sido por mis ocho años de ayudante no habría sabido manejar y amortizar los recursos para rodar El barco pirata”.
 
travesía y tripulación Fernando lleva en su cartera la magia y la melancolía del cine de los años setenta y ochenta. La guerra de las galaxias, Indiana Jones, Karate Kid, Regreso al futuro, Los Goonies... películas que marcaron una generación, y que no puede dejar de nombrar añorando la sensación que le invadía cuando entraba en el cine, la misma que quiere transmitir con sus películas: “Quiero devolver al público la magia, la experiencia única de ir al cine, que ahora se está banalizando por tener pantallas por todos lados… la gente ya no valora igual las películas”.
Con el deseo de poder transmitir esa sensación a su propia hija de cuatro años, nació El barco pirata: “Mi amigo Arturo Méndez, que había fundado la productora Bastianfilms, nos animó a mí y a mi compañero de infancia, Pepe Combalía, a poner en marcha de una vez un proyecto nuestro. Esa misma noche se me ocurrió la idea: quería contarle a mi hija quiénes son los Reyes Magos. Si nos hemos acercado un poco a ella con el corto, y a todo el que lo ha visto, ya es suficiente”. Por eso Fernando ha entendido el Goya como “un regalo de cumpleaños” para su hija, pero también como un regalo para él y todo su equipo: “Es cierto que el Goya nos va a abrir puertas, pero lo más importante ha sido recibir la alegría de tanta gente, ir más allá de la gala. Lo más satisfactorio ha sido ver cómo cada persona ha estado en su lugar en el momento justo para que el proyecto saliera adelante”.
 
soy director de cine El temor de Fernando y de sus padres sobre la vida del cine era cierto. Para Fernando hacer películas es “un arma de doble filo”: la satisfacción que le provoca llevar proyectos personales a los ojos de miles de espectadores se contrapone con la incertidumbre de no saber si cada uno de esos proyectos finalmente llegará a la gran pantalla y al público. La tensión, los horarios irregulares, la falta de presupuesto y el trabajo contrarreloj son el pan de cada día en su vida, pero también lo son la ilusión y el deseo de generar “las mejores condiciones para que todos los miembros del equipo tengan la posibilidad de dar lo mejor de sí mismos”.
Tras El barco pirata, los proyectos de Fernando giran en torno a Bastianfilms  y a su amigo Pepe Combalía, con quien ha empezado un nuevo guión. Trece años han pasado desde que trabajó con Berlanga, y todavía recuerda cada uno de sus consejos: “No pierdas la ilusión porque te caes una y otra vez. Vuelve a levantarte y mira hasta dónde hemos llegado. Nada está escrito, haz lo que sientas porque en realidad sabes lo que tienes que hacer”.

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