Guion: David Magee | Dirección: Marc Forster | EE. UU., 2022. Para reírse de las manías.
Una costumbre relativamente frecuente es hollywoodizar películas europeas. Como este remake de la cinta sueca de 2016 Un hombre llamado Ove. La historia es idéntica, la de un hombre malencarado que trae por la calle de la amargura a todo su vecindario por su obsesión por el orden y las reglas.
Se trata de un emotivo relato de redención y cuenta con la baza fundamental de un Tom Hanks, como casi siempre, soberbio. Los matices de su personaje con el eficaz y, en algunos momentos, hilarante, contraste con su vecina mexicana hacen que el espectador conecte con una historia y un personaje que a priori podrían repeler. En este caso, el mérito es el de un guion capaz de equilibrar la emoción, el humor y el cinismo, sin que ningún ingrediente pese más que el resto y termine arruinando un drama que funciona como un reloj suizo… aunque en este caso es más sueco que suizo.